jueves, 31 de diciembre de 2015

Coraje

Gran parte de las obras de arte que conozco están motivadas por sentimientos, y si descontamos el amor que es el mas usado en todas las disciplinas artísticas, los que mas fuerza tienen son, el odio, la rabia, la venganza, el coraje, sentimientos duros, sentimientos que salen de lo mas profundo del corazón.

Originados por sufrimiento, responden a un porqué, a una experiencia, dicen que Picasso enfrentaba a sus mujeres, mujer y amante, para crear esas sensaciones en ellas y reflejarla en sus obras, claro ejemplo es ¨Cabeza de mujer llorando con pañuelo ¨, aunque el origen de esta reside en el amor, el medio por el que se desarrolla mas bien es el odio y la discusión creada por el enfrentamiento.

¨La Montserrat¨de Julio González.
¨Las puertas del infierno ¨de A. Rodin.
La obra de Louise Bouergeois va acompañada de la mano de estos sentimientos.
¨El grito¨de E. Munch.
Infinidad de grandes obras, sin contar por supuesto a la pasión de Cristo o los temas teológicos, deidades...

Todo esto es tan solo un referente para mi obra ¨Coraje¨, que es causa de uno de estos sufrimientos, una situación provocada por una discusión, y esta refleja la potencia contenida, en un material duro, frío y rígido, tiene odio, llanto, furia, la boca desgarrada en un grito, los brazos que se estrechan para contener e impedir la violencia, siendo grandes en su nacimiento por la fuerza que arrastran y finalmente retienen, al igual que las piernas que quieren arrancar contra todo y se clavan inmóviles, frenadas por evitar enfrentamientos, la espalda arqueada conteniendo la fuerza, hace que vomite un grito desesperado que consigue desbocar en una calma que queda en el aire, y tras esto, tras la furia, la paz, shhhht..., todo pasa, y esto no va a ser diferente, esto también pasará, otra vez, no creerás que va a ser la última vez, no...?




lunes, 21 de diciembre de 2015

La derrota



Un mal día lo tiene cualquiera, para mi hoy ha sido un día espantoso, horrible, y me ha dejado en un estado de moral pésimo, bajo de nivel, al mínimo.
Además me ha tocado en un nuevo proyecto que llevo a medias con un amigo y del que solo quería sacar triunfos, del que solo veía éxitos, pero los riesgos existen, y golpean duro.
Esto me trae pensamientos derrotistas, y me provoca sensaciones que convierto en bocetos, ya sea en mi bloc de dibujo o en materia escultórica, barro, hierro...
En esta ocasión he recordado un boceto que hice hace muchos años, en la escuela de arte, al cual titulé ¨La derrota ¨, muestra un hombre abatido por el esfuerzo y el fracaso, unidos para dar tortura a su ilusión, a su condición de luchador.
Hoy me veo reflejado en él.

                                  

Ante esta situación, no hay que rendirse, todo lo contrario, enfurecerse, llenarse de coraje y energía positiva, superar estas derrotas y extraer lo positivo, hay que analizar los errores cometidos, asumir que le pasa a todo el mundo, que quien nada arriesga nada pierde, y nada gana, es momento de levantarse y derrotar a las inclemencias, saber afrontar errores y solucionarlos.
Siempre hay un motivo para superarse y mejorar, aunque a veces duela.
Lamento mucho mi error, me duele, pero sacaré de este la experiencia que no da el éxito.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Triunfador



La imagen del éxito, un ¨Triunfador¨, que expresa con su gesto la grandeza de su poder, el orgullo del mismo, la superioridad que le otorga.

El ¨Triunfador¨, repleto de gloria y vanidad; como material, el hierro, duro y frio como la imagen que representa, capaz de pasar por encima de cualquiera por su triunfo.

 De por si es grande, amplio y con una imagen de esplendor, unido a la peana que lo eleva por encima de los demás, en su momento quise hacerle una peana mucho mas grande, de 1.8 m. de altura, para que mire por encima del hombro a todo el mundo, pero a su vez habría complicado la visualización de la obra, de todos modos, en su gesto tiene esa arrogancia con la que igualmente mira por encima del hombro a todos.

Debo de decir que me inspiró esta obra una causa circunstancial, el tormento de los triunfadores de la época del caos, que lucían con orgullo grandes coches, grandes casas, grandes prepotencias, pero con el tiempo y su convivencia, hemos madurado, ya no tengo esa agresividad hacia los inertes nuevos ricos, llenos de arrogancia que ahora, son pobres de nuevo, en una sociedad que parece contemplar sólo el valor del dinero en un mar de valores morales devaluados.
Ahora veo en ella un mar de dudas, sigo viendo un ¨Triunfador¨, pero veo el gesto del orgullo y la satisfacción en una mente que luce mas paz y un valor moral satisfactorio, con un gran sentimiento, con felicidad, esos valores que realmente dan el fruto del triunfo, en contraposición con la idea inicial, me imagino que dependerá del día que tenga yo para verlo de un modo u otro.


El maestro, sinceramente, creo beber de la fuente de Julio González, de esa ¨Montserrat ¨de chapa en la que se agrieta al trabajarla hasta el punto de forzar la flexibilidad del material, de esos torsos curvados de una pieza, la linea que forma un cuerpo en un conjunto simple de curvas sobre el duro material, la insinuación de la forma seductora de un cuerpo, elegancia, tiene mucha elegancia y fuerza, que gran suerte tengo de tener tan cerca el Ivam y poder apreciar en cualquier momento su obra.

Sobre la obra, quiero destacar puntos concretos que me gustan especialmente, como las manos, lo grandes que son, sin forma necesaria, abarcan gran capacidad, de orgullo..., se extienden y crecen en el aire invadiendo el espacio que les rodea.
El pecho, roto, abierto, me da la sensación de que le revienta, le explota de su fuerza interior, del poder que contiene.
La pierna derecha, que juega con el espacio que no existe para dar la dirección de su camino, el movimiento dibujado por esas lineas que dibujan lo que no existe.
La espalda, tampoco está, pero la columna deja ver su gran tamaño, y es la columna la que da la fuerza a una gran estructura, la que soporta el peso, la base de una construcción, y en este caso es fuerte, grande, dura, es la columna la que da la fuerza al ¨Triunfador¨.
En fin, son muchos los matices de esta obra los que me hablan de su historia, pero me encanta oir lo que les causa a las personas que la contemplan, así que lo dejo aquí para seguir escuchando todas esas historias.